Ser tristemente feliz:
Ya lo que repetido incansablemente que Panic at the Disco me hace muy feliz en cualquier momento porque no tengo malos recuerdos con ellos.
Este cd es un regalo de los cielos porque tiene todo lo que debería tener. Ni más, ni menos.
En particular Build God, Then We'll Talk nunca tuvo mucha relevancia en mi vida, hasta unos tres o cuatro años que empecé e quererla, y ese amor creció hasta límites inmesurables. Pero al descubrir esta versión en vivo, donde Ryan Ross hace los coros y suena PERFECTO.
La canción de por sí tiene un dejo de tristeza, pero esa tristeza que te hace sentir bien, disfrutar de la pena.
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