sábado, 10 de octubre de 2015

Comenzando desde la premisa que ser vegetariano no sólo involucra un cambio radical en temas nutricionales, en en ámbito social es un constante "tira y afloja" de argumentaciones, al igual que en el ámbito clínico.
Seré lo más honesta conmigo misma: llevo 4 años siendo vegetariana. Y 1 año y 5 meses siendo vegana al peo.
En enero del 2010 decidí firmar el pledge de Paul McCartney para PETA de 30 sin comer carne. Para mi sorpresa, fue más fácil de lo que creí, pasé rabias por la ignorancia de mi familia, pero finalmente lo aceptaron. Luego de ese mes, recaí en la carne, pero a lo largo de los primeros 6 meses del año, logré dejar por completo las carnes (comenzando carnes rojas-cerdo-pollo, pescado y mariscos). Todo estuvo bien hasta que tuve una revelación el 2014, conocí un mundo del cual siempre me había alejado por prejuicios: el veganismo.
¿Por qué tanto rechazo a este mundo? Siempre se ha dicho que los veganos son (somos) muy críticos, hostigadores, extremistas, etc. Y sí, lo somos, pero qué cosa más impotente conocer personas ignorantes, así como los policías de la ortografía, que les gusta andar corrigiendo, los que se creen diccionarios, pero aún así no encuentro que haya algo malo, todos buscamos el mismo fin: informar.
He tenido varias recaídas, sin querer culpar a otros de errores míos, ha sido por presión social, me explico: cuando alguien te ofrece un pan, que sabes que tiene leche, o una torta que sabes que contiene leche y huevos o cualquier alimento que contenga algún ingrediente que no desees comer, por cortesía, ¿qué se hace? se acepta. PRIMER ERROR. Cada uno está en control de su cuerpo, cada uno decide lo que entra en MI cuerpo, y esto es algo que me ha costado un mundo en entender. Es así de básico como la típica pregunta que una mamá hace "si Pepito se hubiera tirado por la ventana, ¿lo habrías echo?". Si todos comen lo que te pongan en frente, ¿estarías decidiendo sobre tu salud? No porque alguien haya cocinado algo, te lo comerías por "el esfuerzo" "el cariño" "por respeto". Nadie respeta las desiciones de un vegano, pero ¿de un mañoso? "Noooo, ningún problema, adelante, tráiganle fideos".
Creo que finalmente "la ropa sucia se lava en casa" y cada uno debe cocinar lo que quiere comer, siguiendo sus preferencias e ideologías. Que nadie se interponga. Y como leí alguna vez por ahí: si vas a comer a la casa de alguien, llegar comida previamente hecha por TI. Así respetuosamente nadie le dará pena por que no comerás lo mismo que los demás, tal vez se ofendan, pero el respeto parte por respetar las preferencias.
Desde este momento, dejo atrás todos mis errores y comienzo una nueva vida, limpia y no siendo cómplice de una industria que contamina nuestro planeta más que los gases de invernaderos.
10/10/2015

No hay comentarios:

Publicar un comentario