miércoles, 6 de noviembre de 2013

Carta para un viajero:
Tú, viajero que partiste desde fuera, llegando sin rumbo al norte, situándote por un largo tiempo allí, recorriste todo el lugar, cada esquina, cada rincón. Ayudaste a que ése lugar volviera a tener primavera, salvaste a toda su naturaleza y expulsaste a quienes hacían mal. Navegaste al centro, demoraste en desembarcar pero ya te acomodaste, y nadie te puede sacar de aquí. Con unas agradables baladas dejaste tus preocupaciones en este lugar y las transformaste en las preocupaciones de los árboles. Cada cierto tiempo volabas un poco al sur, todavía siendo centro, estremeciste el cielo, procurando dejar una pequeña huella cada vez que pasas por aquel sitio. No pasas desapercibido, pero a nadie le molesta eso porque te hace único y reconocible en todos lados. No pretendas volver a tu origen, fuera, ya que tu sabiduría y tus acciones, benefician a quienes aquí habitamos.
A ti, viajero del alba, no esperes a los demás y no demores en llegar a esos lugares en que nadie a podido estar.
Interpretar anatómicamente.

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